Grêmio se despide de la Copa do Brasil tras un empate amargo y la intervención del VAR
La noche del 20 de mayo de 2025 en Porto Alegre dejó a más de un aficionado con una mezcla de frustración y rabia contenida. Grêmio se enfrentaba al CSA con la obligación de revertir la derrota sufrida en el partido de ida en Maceió. Sin embargo, después de 90 minutos marcados por el dominio territorial e insistencia ofensiva del equipo local, el marcador seguía inmutable: 0-0.
Sobre el césped de la Arena do Grêmio saltaron los mejores hombres del entrenador Mano Menezes. Tiago Volpi bajo los palos, la dupla defensiva formada por Jemerson y Wagner Leonardo, y un centro del campo batallador con Dodi, Villasanti y Monsalve, intentaron sin descanso abrir el cerrojo visitante. Arriba, Arezo y Braithwaite ocupaban el rol de referencias ofensivas, pero la fortuna nunca estuvo de su lado.
CSÁ, por su parte, ofreció una resistencia numantina. El técnico Higo Magalhães diseñó un bloque compacto, con Gabriel Félix defendiendo la portería y Islan custodiando la línea defensiva. Camacho se multiplicó en el mediocampo para cortar líneas de pase y entorpecer cualquier intento creativo de Grêmio. La apuesta era simple: resistir el asedio y mantener la ventaja lograda en la ida.
Un gol decisivo, y el VAR protagonista
Cuando los fantasmas de la eliminación ya rondaban la gradona gremista, llegó el momento más comentado del choque. En los minutos finales, el Tricolor logró finalmente vencer la resistencia de los visitantes y la red se agitó en la portería de Gabriel Félix. La grada explotó de júbilo, pero la alegría duró poco.
El árbitro Matheus Candançan, tras consultar con el VAR, anuló el tanto por una supuesta infracción en la jugada previa. El desconcierto y enojo se apoderaron de los jugadores y seguidores de Grêmio, que vieron cómo la posibilidad de forzar los penaltis se esfumaba ante una decisión arbitral tan polémica como definitiva.
El pitido final confirmó lo que nadie en Porto Alegre quería: la eliminación del Grêmio de la Copa do Brasil en apenas la tercera ronda. Una caída dolorosa por cómo se produjo, con el equipo asumiendo la iniciativa casi todo el partido pero chocando, una y otra vez, contra un CSA disciplinado y valiente. La clasificación a cuartos de final deja a los de Higo Magalhães como protagonistas inesperados en el torneo, mientras Grêmio deberá rehacerse tras un golpe duro para su hinchada y cuerpo técnico.
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