Racing Club escribe una página blanca en su historia reciente: después de 28 años sin estar en semifinales, el club argentino vuelve a la élite del fútbol sudamericano. El vínculo entre una defensa férrea, un ataque que no escatimó balas y un gol que llegó en los últimos minutos, fue la receta que le permitió superar a Vélez Sarsfield por 1-0 en el partido de vuelta de los cuartos de final.

Un gol tardío que desató la locura

El estadio de Avellaneda se convirtió en un hervidero de emociones desde el pitido inicial. A pesar de que los números mostraban una clara ventaja para Racing Club, la balanza siguió parecida durante los primeros 80 minutos. Fue en el minuto 81 cuando Santiago Solari, capitán y referente en el medio campo, encontró la espalda del área y disparó sin alternativa. El balón se acomodó en el fondo de la red y la grada explotó. Ese único tanto fue suficiente para sellar la clasificación, pero la historia del partido iba más allá del marcador.

Dominio estadístico y una decisión de VAR que marcó el rumbo

Dominio estadístico y una decisión de VAR que marcó el rumbo

Racing no solo fue mejor en el marcador; la estadística lo dejó en evidencia. Con 24 tiros a puerta frente a los escasos tres de Vélez, la superioridad ofensiva fue abrumadora. Incluso la posesión del balón y los pases completados favorecieron al equipo local, que buscó constantemente la vía de escape para ampliar su ventaja.

  • Disparos a puerta: 24 – 3
  • Posesión del balón: 61% – 39%
  • Faltas cometidas: 9 – 14
  • Tarjetas amarillas: 2 – 4

El momento más polémico llegó en el minuto 65. Imanol Machuca, delantero de Vélez, lanzó un potente disparo que pareció cruzar la línea. El árbitro uruguayo Esteban Ostojich pitó gol, pero la intervención del VAR revocó la decisión al determinar que el balón no había cruzado completamente. La jugada encendió los debates en redes sociales y entre los analistas, pues esa posible ventaja habría cambiado la dinámica del partido. Para Racing, la revisión fue una suerte que mantuvo vivas sus esperanzas.

El entrenador Gustavo Costas, al mando del conjunto desde principios de la temporada, jugó un papel clave al montar un esquema que obligó a Vélez a replegarse. Sus cambios a mitad de partido, como la entrada de un mediocampista más ofensivo, aumentaron la presión en la zona de ataque y obligaron al rival a cometer errores defensivos.

En el enfrentamiento de ida, Racing también se impuso 1-0, lo que dejó el marcador global en 2-0 antes del gol de Solari. El doble triunfo subraya la capacidad del equipo para manejar los partidos de alta tensión y para cerrar los encuentros sin ceder espacios.

Con el pase asegurado, la ilusión del club se vuelve a respirar. Ahora solo queda esperar el desenlace del choque entre Estudiantes de La Plata y Flamengo, que definirá el rival de la semifinal. Flamengo lleva una ventaja de 2-1, pero el fútbol siempre reserva sorpresas.

Para los hinchas de Racing, este logro no es solo un regreso a la semifinal, sino la confirmación de que el proyecto dirigido por Costas está funcionando. El club, campeón histórico de la Copa Libertadores en 1967, sueña con volver a levantar el trofeo, y la próxima fase será una prueba de fuego para demostrar que pueden volver a competir al más alto nivel del continente.

El ambiente en Avellaneda seguirá vibrando durante los próximos días. Los seguidores ya organizan caravanas, camisetas con la frase “De nuevo en la semifinal” y redes sociales llenas de memes celebrando el gol de Solari. El camino todavía es largo, pero la ventana de oportunidades se ha abierto como nunca en casi tres décadas.