El terremoto sacudió la mañana del Pacífico
Un temblor brutal, de magnitud 8,8, estremeció el extremo oriente ruso la mañana del 30 de julio de 2025. El epicentro se localizó bajo el mar, a unos 120 kilómetros al este-sureste de Petropávlovsk-Kamchatski, una zona donde la Tierra rara vez está en calma. Según la USGS, ocurrió a solo 21 kilómetros de profundidad, lo que facilitó que la energía se liberara con contundencia y traspasara rápidamente la corteza hasta el agua del Pacífico.
Apenas unos minutos después del primer sacudón, el suelo siguió diciendo basta. Se sintieron múltiples réplicas, la mayor llegó a 6,9, y los sismólogos avisan que la región debe prepararse para más temblores importantes, incluso de hasta 7,5 en las próximas semanas. El miedo a nuevos sobresaltos mantiene en vilo a los habitantes de Kamchatka y las Kuriles, acostumbrados a estos latidos violentos de la Tierra.
Alertas, evacuaciones y tsunami bajo control
La alarma se activó rápido al otro lado del océano. Las autoridades rusas lanzaron alerta de tsunami para las islas Kuriles, donde los habitantes de Severo-Kurilsk no esperaron a las sirenas: tomaron mochilas y lo esencial y subieron a terrenos más altos. En otras zonas costeras rusas, el mensaje también fue claro: nadie debía quedarse cerca del mar hasta que se descartara el peligro.
En Hawaii, la preocupación fue alta unas horas: vuelos desviados, toque de queda temporal en las playas, y monitoreo constante. Aunque finalmente las olas apenas superaron los 30 centímetros, la posibilidad de que crecieran o impactaran con fuerza paralizó la rutina por un buen rato. En la costa oeste de Canadá, lugares apartados como Langara Island y Tofino apenas registraron mareas fuera de lo normal.
- En Rusia: Evacuaciones en zonas costeras de las Kuriles, con monitoreo constante.
- En Hawaii: Alerta al instante, olas menores y vuelos desviados, pero sin daños.
- En Canadá: El Pacífico casi ni se inmutó en los puntos habitados.
Valery Limarenko, gobernador de Sajalín (región que administra parte de las Kuriles), aseguró que nadie resultó herido ni hubo daños de peso. Las autoridades mantuvieron vigilancia toda la jornada para evitar sorpresas, sabiendo que la experiencia previa enseña a no confiarse en estas situaciones.
Mientras tanto, expertos en sismología insisten en que la zona de Kamchatka está entre las más activas del planeta. Ahí las placas tectónicas chocan, se friccionan y liberan energía con frecuencia inusual, generando terremotos y tsunamis que pueden hacer temblar medio hemisferio.
Esta vez, la ola no fue devastadora y la evacuación funcionó. Pero el gran susto dejó a medio Pacífico mirando hacia el oeste, recordando que, en cualquier momento, la naturaleza puede cambiarlo todo.
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