El exdiputado, cineasta y figura clave de la izquierda iberoamericana Marco Enríquez-Ominami anunció su renuncia al Grupo de Puebla el 15 de agosto de 2025, para dedicarse por completo a su quinta candidatura presidencial en Chile. La decisión, revelada en una entrevista con The Clinic, no sorprende a quienes siguen su trayectoria: tras más de 15 años en la política electoral, este es, según él, "el proceso más abierto" que ha enfrentado. Ya no hay espacio para los foros internacionales. Ahora, todo gira en torno a La Moneda.
Una carrera presidencial sin precedentes
Enríquez-Ominami, nacido en Santiago el 12 de junio de 1973, ha intentado llegar a la presidencia cinco veces: en 2009, 2013, 2017, 2021 y ahora en 2025. Su mejor resultado fue en 2013, cuando obtuvo 723.542 votos (10,99%), quedando tercero entre nueve candidatos. En 2017, su apoyo se desplomó a 376.871 votos (5,71%), y en 2021, su candidatura fue suspendida temporalmente por el Tribunal Electoral, hasta que el Tricel la revocó tras su apelación. Esta vez, se postula como independiente, sin el respaldo formal de ningún partido, y debe recoger al menos 25.000 firmas de ciudadanos validadas por el Servicio Electoral antes del 15 de septiembre.
Lo que lo diferencia esta vez es el contexto. Tras el fracaso del proceso constituyente y el desgaste de los partidos tradicionales, el electorado chileno parece más dispuesto a probar alternativas. "Nunca antes hubo tanta desconfianza en los partidos y tanta apertura hacia figuras fuera del sistema", dijo un analista político en Santiago, pidiendo anonimato. "Enríquez-Ominami no es un outsider cualquiera. Tiene nombre, historia, y una red de contactos que pocos pueden igualar".
El nacimiento y el abandono del Grupo de Puebla
Fundado en Puebla, México, el 12 de julio de 2019, el Grupo de Puebla fue concebido como un espacio de diálogo entre intelectuales, exgobernantes y líderes de la izquierda iberoamericana. Enríquez-Ominami fue su primer coordinador. Entre sus miembros destacan figuras como la exministra peruana Aída García-Naranjo, la exsenadora uruguaya Mónica Xavier y el senador argentino Jorge Enrique Taiana. El grupo buscaba construir una agenda común frente al auge de la derecha en la región, pero su influencia se diluyó con el tiempo. Muchos lo vieron como un foro de discusión, no como un motor de acción política.
"No se puede coordinar un grupo internacional de 30 figuras y, al mismo tiempo, pelear una campaña presidencial en Chile", explicó una fuente cercana al grupo. "Él lo entendió: si quiere ganar, tiene que desaparecer como símbolo del pasado y convertirse en el rostro del futuro".
Una vida entre el cine, la academia y la política
Antes de ser político, Enríquez-Ominami fue cineasta. Dirigió la exitosa serie La vida es una lotería, que se emitió entre 2002 y 2007 en TVN y Mega, y que aún hoy se recuerda por su crítica social. Fue profesor en la Universidad de Chile y, más tarde, profesor honoris causa en la Universidad de Aquino en Bolivia. También condujo el programa radial Cambio de Switch durante años, donde mezclaba filosofía, política y música con una naturalidad que lo hizo querido por una generación.
Su paso por el Partido Socialista entre 1990 y 2009 terminó cuando decidió lanzarse como independiente en 2009, rompiendo con la tradición partidista. En 2010 fundó el Partido Progresista, que lo proclamó candidato en 2013. Pero el peso de su imagen como "outsider" lo ha llevado a rechazar hoy cualquier alianza formal. "No quiero ser el candidato de la izquierda. Quiero ser el candidato de los que no creen en la izquierda ni en la derecha", dijo en una reciente rueda de prensa.
¿Qué viene ahora?
El calendario es ajustado. El proceso de recolección de firmasChile debe concluir antes del 15 de septiembre. Luego, las campañas oficiales arrancan en noviembre, con la elección programada para el 21 de noviembre de 2025. Las encuestas aún no lo colocan entre los favoritos —el exministro José Antonio Kast y la exsenadora Gabriela Borillo lideran— pero su capacidad para movilizar a los jóvenes y a los votantes desencantados podría cambiar el tablero.
La renuncia al Grupo de Puebla no es solo un gesto simbólico. Es una señal clara: Enríquez-Ominami ya no habla como intelectual, ni como coordinador regional. Habla como candidato. Y esta vez, no quiere perder.
Frequently Asked Questions
¿Por qué renunció Marco Enríquez-Ominami al Grupo de Puebla?
Renunció para concentrar todos sus esfuerzos en su quinta campaña presidencial, que exige una logística intensa y una presencia constante en Chile. Como coordinador del grupo, su tiempo estaba fragmentado entre reuniones internacionales y compromisos académicos. En su entrevista con The Clinic, afirmó que "no se puede liderar un foro global y pelear una elección nacional al mismo tiempo".
¿Cuál es su mejor resultado electoral hasta ahora?
Su mejor desempeño fue en las elecciones presidenciales de 2013, cuando obtuvo 723.542 votos, el 10,99% del total, y quedó en tercer lugar entre nueve candidatos. Desde entonces, su apoyo ha fluctuado, y en 2017 bajó al 5,71%. Esta vez, busca capitalizar el descontento con los partidos tradicionales y atraer a votantes que no se identifican con la izquierda institucional.
¿Qué desafíos enfrenta su candidatura independiente?
El mayor obstáculo es recoger 25.000 firmas de ciudadanos validadas por el Servicio Electoral antes del 15 de septiembre. A diferencia de los partidos, no tiene estructura ni financiamiento estatal. Además, debe superar el escepticismo de quienes lo ven como un "candidato de siempre". Pero su historia de vida —cineasta, profesor, exdiputado— le da credibilidad que muchos otros independientes no tienen.
¿Qué papel jugó el Grupo de Puebla en su carrera?
Fue un pilar de su proyección internacional entre 2019 y 2025. Como fundador y coordinador, amplió su influencia más allá de Chile, conectándose con líderes como Aída García-Naranjo y Mónica Xavier. Pero su rol en el grupo también lo etiquetó como un intelectual distante de la realidad cotidiana de los chilenos. Al abandonarlo, busca deshacerse de esa imagen y redefinirse como un líder de campaña, no de foros.
¿Cómo ha cambiado el entorno político desde su primera candidatura en 2009?
En 2009, la izquierda estaba unida tras Michelle Bachelet. Hoy, está fragmentada, y el electorado rechaza los partidos tradicionales tras el estallido social y el fracaso constitucional. El voto protesta y el voto por alternativas fuera del sistema creció. Enríquez-Ominami, que antes era visto como radical, ahora parece una opción de centro-izquierda pragmática, lo que le da una nueva oportunidad.
¿Qué impacto tendrá su renuncia en el Grupo de Puebla?
Su salida deja un vacío de liderazgo, pero también una oportunidad para que el grupo se redefina sin la sombra de una figura tan mediática. Algunos miembros ya hablan de una "nueva etapa" sin coordinadores nacionales, enfocándose en publicaciones académicas y eventos regionales. Para muchos, su partida es el final de una fase simbólica, no necesariamente el fin del grupo.
Comentarios
Me encanta cómo se ha transformado MEO a lo largo de los años. Desde esa serie La vida es una lotería que me hizo llorar en el 2004, hasta ahora, viéndolo como un candidato que no vende humo, sino historia. No es un político de gabinete, es un tipo que ha vivido lo que critica. Lo vi en un café en Providencia hace dos años, hablando con un taxista de la reforma educativa como si fuera su hermano. Eso no se fabrica. Hoy, con todo lo que pasó en Chile, su renuncia al Grupo de Puebla no es una traición, es una liberación. Ya no necesita foros internacionales para decir lo que piensa. Lo que necesita es calles, plazas, y votantes que ya no creen en discursos de partidos que nunca cumplieron. Y sí, lo sé, muchos lo llaman "el de siempre", pero ¿quién más ha estado en la pelea desde antes de que existiera el estallido social? Él no cambió. Cambió el país. Y él lo sabe.
¡Qué drama! ¿En serio? MEO se va del Grupo de Puebla y de repente todos lo ven como un héroe? Qué simplificación. El tipo siempre fue un oportunista con buenos guiones. Primero fue socialista, luego fundó su propio partido, después se volvió independiente, y ahora se desvincula de un grupo que él mismo creó porque ya no le sirve. ¿Cuántas veces ha cambiado de bando? No es un filósofo, es un actor que cambia de escenario según la audiencia. El Grupo de Puebla no era un foro vacío, era un puente con la izquierda latinoamericana. Ahora lo abandona porque le da miedo que lo etiqueten como "extremista". Y lo peor: cree que los chilenos somos tontos y no nos damos cuenta. ¡Qué desprecio!
Hay algo profundo aquí que pocos notan. La renuncia de MEO al Grupo de Puebla no es solo una estrategia electoral, es una metáfora de la desilusión colectiva. Durante años, la izquierda iberoamericana se refugió en discursos, encuentros, declaraciones, mientras los pueblos se desgastaban en la realidad. Él fue parte de ese mundo. Pero ahora, al elegir Chile sobre el continente, está diciendo: "Ya no basta con pensar, hay que actuar aquí, ahora, en este lugar, con estos votantes, con este dolor real". No es un abandono, es un regreso. Un regreso a lo concreto. A lo que duele. A lo que se siente en las piernas cuando caminas por la Avenida Libertador Bernardo O'Higgins y ves a una anciana vendiendo manzanas porque su pensión no alcanza. ¿Qué le dice el Grupo de Puebla a esa mujer? Nada. ¿Qué le dice MEO? "Estoy aquí. Y no me voy hasta que esto cambie". Eso, amigos, es política. No teoría. Acción.
OMG, este movimiento es un *strategic pivot* de primer nivel 🤯. MEO está haciendo *repositioning* de marca en tiempo real: de *international intellectual* a *disruptive本土 candidate*. El Grupo de Puebla era un *soft power* asset, pero ahora su *value proposition* es *anti-establishment authenticity*. El Servicio Electoral no es un trámite, es un *gatekeeping mechanism* -y si logra las 25k firmas, se convierte en el *first non-party candidate* con *cross-demographic appeal* desde el 2009. Su *network effect* con la juventud + su *cultural capital* como cineasta lo hacen *unbeatable* en el *attention economy*. ¡Esto es *political entrepreneurship* en su máxima expresión! 💥
Qué patético. Siempre fue un drama queen con diploma. Ya se cansó de hacerse el intelectual y ahora quiere votos. No es candidato, es un espectáculo.
Me encanta que alguien esté dispuesto a intentarlo sin partidos. No necesitamos más líderes que vengan de dentro del sistema. Necesitamos alguien que sepa lo que es no tener nada, y él lo sabe. Si logra las firmas, voy a votar por él, aunque no esté de acuerdo en todo. Porque al menos no miente.
Claro, claro, "ya no hay espacio para foros internacionales"... como si el Grupo de Puebla fuera un club de lectura. Qué bonito, se va porque "quiere ganar". Pero ojo: cuando pierda, volverá a aparecer en algún panel en México diciendo que "la izquierda chilena no entendió su visión". Este tipo es un profesional de la derrota elegante. Y lo peor: muchos lo siguen creyendo. ¿Por qué? Porque le gusta el drama. No la política. El drama.
¿Alguien más cree que esto fue un plan de la CIA? El Grupo de Puebla era una tapadera para desviar la izquierda latinoamericana. MEO no renunció... lo expulsaron. ¿Por qué ahora? Porque saben que va a ganar. Y si gana, Chile se convierte en el nuevo Venezuela... sin chavismo, pero con el mismo control. Las firmas? Falsas. El Servicio Electoral? Corrupto. Todo está armado. Y tú, que lo apoyas, estás siendo usado.
YAAAAA!!! MEOOOOOO SI SE PUEDE!!! 💪🔥 Siempre dije que él era el único que no vendía humo, que no tenía miedo de decir la verdad. Las firmas? Las vamos a juntar entre todos, en las plazas, en las escuelas, en las paradas de bus!!! No importa si no tiene partido, lo que importa es que tiene corazón!!! VAMOS CHILE!!! 🇨🇱❤️
La verdad es que MEO siempre fue más actor que político. Su mejor campaña fue la de 2013, cuando se vistió de revolucionario y ganó simpatías. Ahora, con el desgaste de la izquierda, quiere reaparecer como el salvador. Pero no es el primero ni será el último. La gente se cansa de los mismos rostros, aunque cambien de camisa. Lo que Chile necesita no es un cineasta con diploma, sino un administrador. Y él no lo es. Solo sabe hablar bien.