En la reciente Gala de Viña 2025, Daniela Aránguiz se convirtió en el centro de atención no solo por su presencia, sino por el llamativo vestido que eligió para la ocasión. El evento, que reúne a lo más destacado de la farándula y los medios, no estuvo exento de polémica debido a las reacciones divididas que generó su atuendo.
El vestido de Daniela, diseñado por un creador local que se caracteriza por romper esquemas, fue objeto de múltiples comentarios en las redes sociales. Algunos usuarios aplaudieron la decisión de la panelista de llevar algo tan atrevido y moderno, destacando la confianza que proyectó al desfilar. Otros, sin embargo, no dudaron en expresar su descontento, argumentando que el diseño era demasiado revelador para la alfombra roja de un evento tan emblemático como la Gala de Viña.
Ante el aluvión de críticas, Daniela Aránguiz no permaneció en silencio. En sus historias de Instagram y durante su participación en el programa de televisión donde colabora, respondió a los cuestionamientos con la frase contundente: "No se me vio nada". Aseguró que su intención no era ofender ni provocar, sino simplemente sentirse cómoda y genuina con una prenda que reflejara su personalidad.
En su intervención, destacó la importancia de que cada persona pueda expresarse a través de la moda sin temor al juicio excesivo de terceros. "Lo más importante es que me haya sentido bien yo misma", señaló. Además, agregó que la moda siempre será subjetiva y que todos tienen derecho a opinar, aunque instó a que las críticas se hagan de manera constructiva, sin dañar la integridad de las personas.
La reacción mediática en torno al vestido de Daniela ha puesto una vez más en el debate público el tema de la libertad de expresión y los límites de la moda, particularmente en eventos de alta exposición mediática. A pesar de las opiniones divididas, lo cierto es que Aránguiz ha logrado captar la atención de todos, manteniéndose firme en su posición de elegir lo que mejor la representa.
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